sábado, 3 de agosto de 2013



Lo primero es decir que mientras escribo esto, mi hermosa hija está pegada a mi pecho bebiendo de lo que le pertenece, mi vida y mi entereza, en su boquita transformada en leche.
No quiero enredarme en teorías, porque me parece que el ser humano en su soberbia olvida que no hay sabiduría mas grande que la de la naturaleza, creyendo eso, sólo puedo decir que si nuestros hijos necesitaran leche de vaca, serían ellas quienes parieran, si necesitaran formulas, seríamos nosotras, las madres, fábricas de ella, Lo que brota de nuestros pechos simplemente, ES, lo que se nos regaló para alimentar a nuestros hijos y a mi parecer no hay médico que pueda hacer o decir algo para demostrar que no es lo mejor para ellos. 
Hacer este trabajo es para mi consolidar mis pasiones, fundirlas y estamparlas en lo que me nace de manera natural.
En las jornadas en que estas hermosas mujeres fueron retratadas junto a sus hijos, me llené de sabiduría, todas dejaron en mi una enseñanza, cada una diferente, aunque todas en común llevan por delante criar desde el amor.
Debo confesar que el arte de amantar quiso ser terapia en mi naturaleza melancólica, puedo decir que mas que una terapia, será un lugar donde poder llegar cada vez que una mujer me pregunte sobre lactancia, porque creo que estas imágenes hablan por si solas, espero, con mucha humildad, hacer de este material un aporte a cada mujer que visite este lugar.
Desde la felina mujer que hay dentro mio, despierta y orgullosa de dar teta, les regalo "TETARTE" el arte de amamantar.

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